Repercusiones internacionales del soberanismo catalán
(fragmentos)
Efectivamente ningún país
ha reconocido la República Catalana porqué nadie puede reconocer aquello que no
existe. Igualmente cierto es, sin embargo, que la comunidad internacional, como
acabo de exponer, conoce ahora la existencia de un conflicto político en
Catalunya por la negativa del Estado Español a resolverlo de manera pacífica y
democrática.
Cuando Carles Puigdemont
abandonó la cárcel alemana de Neumünster donde había estado retenido unos días,
el director de la institución le pidió que firmara en el libro de autoridades
donde recogen testimonio de los visitantes ilustres que acuden al penal.
Sí, ya sé que es una
anécdota; pero es que, a veces, las anécdotas revisten carácter de categoría y
ésta refleja a la perfección el desencuentro, aquí negado, entre una parte ya
notable y creciente de la opinión pública internacional y la opinión publicada
en estos lares sobre el trato político y singularmente sobre el maltrato
judicial que se está dando a las pretensiones independentistas catalanas.
(....)
(...)
En efecto, en mi modesta
opinión, más grave aún que la propia maltrecha imagen del país, que, en
realidad, lo debería ser de su(s) gobierno(s), lo es la malparada reputación de
la justicia española en los foros internacionales. Y no hablo ya del folletín
de las euroórdenes, de lo que diré alguna cosa en otra carta, sino del sistema
judicial español puesto todo él gravemente en entredicho, tema que, como es
natural, da para una carta monográfica, o para tres.
Baste como ejemplo lo que
podemos leer en el digital alemán “Neue Debatte” firmado por el catedrático de
la universidad de Bremen, Axel Schönberger: “Durante los últimos meses
la ley española ha perdido totalmente su legitimidad. Las sentencias de los
tribunales españoles, así como las acciones del ministerio público, han
provocado que la justicia española se convierta en una “injusticia legal”.
Es de esperar que jueces,
fiscales y miembros del gobierno español, que son responsables de violaciones
de derechos fundamentales, rindan cuentas ante un tribunal internacional por
sus acciones”. (3)
Item más. Ningún medio
español ha recogido ni una sola vez las varias “amonestaciones” y
“recomendaciones” que la ONU ha hecho al estado español, aunque se las estaba
dirigiendo a la justicia, con respecto a la vulneración de derechos civiles y
políticos en el contencioso catalán.
En tiempos del dictador (a
los que cada día se parecen más los que vivimos) ante una condena de Naciones
Unidas la muchedumbre convocada en la Plaza de Oriente gritaba enardecida: si
ellos tienen ONU, nosotros tenemos DOS, en obvia alusión testicular.
(.....)
El secretario general de la ONU avaló el “procès” (4).
Un experto de la ONU pide que Juncker haga de mediador (5). Expertos de la ONU
exigen a España que respete los derechos fundamentales a Catalunya (6). La ONU
alerta a España que la prisión preventiva ha de ser el último recurso (7).
Asistentes a la conferencia de la ONU alarmados al ver las acciones policiales
del 1-O (8). Defensores de los derechos humanos denuncian a España ante la ONU
(9). La ONU podría mediar (10). ¿Sigo?